Ruta Provincial N°1. Río Negro, Argentina. © 2016 Leo MicieliEstoy andando la Patagonia. Otra vez estas tierras sostienen a mis pasos y a mí, como lo hicieran hace ya varios años. Me recibe del mismo modo que en aquel momento, inabarcable, mirándome quieta con ojos ancestrales, pronunciando unas pocas palabras de un idioma remoto. Pero las manos abiertas, curtidas, generosas. Ando la Patagonia, como si fuera mi tierra. Siento que siempre he estado acá.
Hace casi quince años la recorrí durante un viaje que duró un par de meses. Es ésta la segunda vez que vengo. Decido volver, pero pienso, sé, que la decisión está tomada desde entonces, y que sólo hacía falta impulsarme a hacerlo. Ahora, mientras el viento silba aires lejanos, mientras el clima hostil se me presenta cada vez más persistente y las distancias se estiran, me pregunto qué me mueve a regresar. Hay razones, porque siempre las hay, pero de antemano sé que esas razones, las que el intelecto insiste en dar, no alcanzan, y a lo sumo otorgan un cierto soporte, un contexto. Puedo explicar cómo vengo, a hacer qué, a ir por dónde, a buscar qué cosas. Pero hay algo más, aún por develar. Existe una respuesta absoluta, profundamente verdadera y que me define aquí y ahora en este lugar. Sé que me será mostrada, sin embargo desconozco en qué forma, en cuántas partes, en qué lenguaje.
'Fin del Mundo', se le dice a esta tierra, mote que se me figura incompleto y arbitrario ¿No será, más que el fin, el origen? Porque tengo la sensación de que todo comenzó aquí. Si existiera una inteligencia creadora, un estallido infinito, un primer instante de todo, esa primera chispa en el Universo tuvo lugar en la Patagonia. Entonces, quizás, si perdiéramos todo lo que tenemos, si las respuestas del mundo cotidiano nos son torpemente insuficientes y estuviéramos desnudos ante algo que nunca nos fue posible controlar, tendríamos que volver a refugiarnos al calor y la luz de nuestro primer fuego, éste que aún arde y que el viento se encarga de avivar. Y si aún creyéramos que todo terminó, supiéramos que, como en un círculo, principio y final son el mismo punto, una continuidad y no un fin.
Mi viaje comienza aquí. Habrá siempre lugar para otros viajeros, curiosos de la vida e inquietos, para todos quienes quieran viajar conmigo. Deseo que las fotografías y textos les representen tanto placer como lo es para mí hacerlo. Que esta excusa fotográfica-textual signifique algo más que sólo eso.
Sean bienvenidos a mi hogar.
Viedma. Río Negro, Argentina. © 2016 Leo Micieli
Viedma. Río Negro, Argentina. © 2016 Leo Micieli
Viedma. Río Negro, Argentina. © 2016 Leo Micieli
Vista de la ciudad de Carmen de Patagones, desde Viedma. Río Negro, Argentina. © 2016 Leo Micieli
Viedma. Río Negro, Argentina. © 2016 Leo Micieli
Río Negro, Viedma. Río Negro, Argentina. © 2016 Leo Micieli
Puente viejo que une las ciudades de Viedma y Carmen de Patagones, visto desde esta última. Buenos Aires, Argentina. © 2016 Leo Micieli
Río Negro, Argentina. © 2016 Leo Micieli
Viedma. Río Negro, Argentina. © 2016 Leo Micieli
Vista del Río Negro y Puente viejo. Viedma, Río Negro, Argentina. © 2016 Leo Micieli
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